4 TRUCOS PARA QUE TU PERRO TE HAGA CASO
«El perro es el mejor amigo del hombre«. Son muchas las personas que han decidido acoger a un can para integrarlo en la familia que, tras muchos intentos fallidos de hacer que se porten bien, recuerdan esta frase y se preguntan qué es lo que están haciendo mal.
¿POR QUÉ MI PERRO NO ME HACE CASO?
Como dueños de una mascota, en más de una ocasión nos habremos topado con algún tipo de comportamiento que preferiríamos que nuestro peludo amigo dejara de hacer, sin tener ni idea de qué hacer al respecto.
El perro puede desobedecerte, ignorar todas tus órdenes y hacer de su cuidado una experiencia muy frustrante y desagradable.
Por lo general, la razón principal detrás de esta situación se trata de la mala comunicación.
La inexperiencia y el desconocimiento en el cuidado de animales puede hacer que nuestra mascota se tome ciertas libertades y hacer que nos desesperemos cada vez que intentamos darle a entender qué es lo que hace mal, como si hubiera algún secreto que desconocemos y que, de saberlo, nos permitiría transmitirle todo lo que queremos comunicarle a nuestro perro.
¿QUÉ PUEDO HACER PARA QUE MI PERRO ME OBEDEZCA?
Existen una serie de claves que todo dueño de perros debe tener en cuenta a la hora de garantizar que sus peludos amigos les hagan caso. Veámoslos a continuación.
LOS PERROS NECESITAN A UN GUÍA
Muchos estamos más que familiarizados con el concepto de «líder de manada«.
Sobra decir que, para que un perro pueda hacerte caso, deberá reconocerte como una figura de confianza que le guíe y oriente para poder tener un orden y unas rutinas en su vida.
Para conseguir este efecto, es muy importante mostrarle lo antes posible nuestra posición de guía, no siendo violento con él ni hacerle sentir mal por medio de la fuerza.
En su lugar, hay que dejarle claro que lo mejor para él es hacer lo que le pides porque, al final, eres tú el que está al mando y sabe qué es lo mejor para él.
Una vez el perro perciba que eres el guía, confiará plenamente en ti y adoptará, como resultado, un comportamiento muy diferente.
Por ejemplo, dejará de ser agresivo con otros perros o personas, dado que no se sentirá responsable de protegerte cuando no se vea capaz de controlar la situación.
ENSÉÑALE ALGUNOS TRUCOS
Necesitamos hacer que nuestro perro aprenda a comportarse, orientándolo para que sea consecuente con sus acciones y, sobre todo, que nunca ponga en duda nuestro papel de guía.
Es por ello que se recomienda enseñarle algunos trucos al can, para así ayudarle a seguir una serie de reglas y, al mismo tiempo, estimularlo mediante divertidos juegos en forma de órdenes.
De esta manera, conseguirás que tu peludo amigo acepte fácilmente las reglas que le vayas a imponer.
Recuerda que, para garantizar el aprendizaje de estas reglas de obediencia, deberás asegurarte de que las practica diariamente.
Este tipo de educación requiere tiempo, por lo que no deberías esperar que te obedezca desde el primer momento.
De hecho, es posible que tengas que esperar semanas e incluso meses hasta notar los primeros cambios.
DEDÍCALE TIEMPO A TU PERRO
Más allá de centrarte en cubrir sus necesidades básicas, el cuidado de perros requiere que sus amos les presten suficiente atención como para crear el vínculo afectivo necesario para que puedan prestarte atención.
Para formar dicho vínculo, asegúrate de compartir más tiempo con él, mostrándote cariñoso y haciendo juegos.
Para él, tú eres la persona más importante de la tierra, por lo que deberás actuar como tal y demostrarle que, para ti, él es también importante.
Si has notado que la convivencia con tu perro se ha vuelto mucho más tranquila y placentera, ¡enhorabuena!
Has conseguido formar, finalmente, el vínculo de confianza del que estamos hablando.
NO TE LIMITES A REGAÑARLE CUANDO SE PORTA MAL
Más que un truco para que tu perro te haga más caso, es un consejo para no echar por tierra todo el esfuerzo que has dedicado a ello.
A partir de cierta edad, cuando intentamos inculcarles disciplina a nuestro perro éste, en lugar de aceptarla de buena manera, se vuelve más rebelde.
Tiende a no asumir las nuevas normas y a hacer caso omiso de las órdenes que se le impongan.
Antes de rendirte por la frustración que puede causarte esto, piensa fríamente en como estás actuando.
Si lo único que haces es reñirle cada vez que se porta mal en lugar de trabajar la obediencia con él poco a poco y premiarle cuando se porta bien, lo único que conseguirás es que tu perro reaccione mal cada vez que quieres comunicarle algo.
En su lugar, prueba a aportarle cosas buenas cada vez que hace algo bien, y verás como lo hace encantado.
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