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Hoy el diseño de viviendas responde a dos necesidades: funcionalidad y practicidad, pero ¿es lo único que se requiere para crear un verdadero hogar? Todos necesitamos que nuestra casa sea un refugio, un oasis de paz y los sentidos -aunque no seamos conscientes de ello-, juegan un papel transcendental.

 

Hay que prestar atención a los estímulos que encontramos dentro y alrededor de ella para entender el papel que juegan en nuestras sensaciones y en nuestro estado de ánimo.

 

¿Cómo comprender esas experiencias y usarlas para mejorar nuestra calidad de vida en casa? 

 

La multinacional holandesa de mobiliario y decoración IKEA, se encargó de ello y, en colaboración con la agencia de inteligencia de negocios sueca United Minds, llevó a cabo un estudio en 12 ciudades del mundo para descubrir qué es lo que realmente hace a un hogar.

 

La primera perspectiva del estudio aborda el espacio y cómo éste impacta en nuestros sentidos. Veamos:

 

Tacto: objetos y texturas 

 

El tacto es el primer sentido que desarrollamos, está en nuestra naturaleza relacionar la forma en que un objeto se ve y se siente con un significado emocional.

 

De acuerdo con IKEA, el peso, la textura y la rigidez de un objeto influyen de forma subconsciente en nuestro juicio y en nuestra toma de decisiones. Por ejemplo, las texturas ásperas pueden hacer que las situaciones sociales parezcan más complejas, mientras que las texturas suaves, como la lana, pueden hacerlas parecer más llevaderas.

 

Los distintos contrastes y texturas nos hacen sentir más en contacto con todo lo que hay dentro de una casa. Por ejemplo, piensa en la sensación que te produce ver una cama con una cobija suave y calientita. El confort está garantizado ¿no?

 

 

Vista: importancia de la iluminación

 

La falta de luz natural y el exceso de luz artificial que hay a todas horas y en todas partes como consecuencia de la urbanización, afecta nuestro ciclo de sueño y nuestro desempeño. No obstante, podemos hacer la diferencia dentro de nuestro hogar.

 

Para asegurar una sensación de bienestar en casa a través de la iluminación, debes conocer los efectos de la luz (natural o artificial) en el cuerpo e identificar qué es lo que quieres transmitir en cada habitación, de esa forma podrás hacer mejor uso de ella.

 

Elegir el foco correcto puede marcar la diferencia en las emociones que provoca un espacio. Siguiendo los patrones de iluminación es posible producir diferentes estados de ánimo. Por ejemplo, la luz fría, al igual que la luz natural, provoca energía y estimula el aprendizaje, lo que la hace ideal para lugares que requieren de concentración, como el estudio o la cocina.

 

Por otro lado, la luz cálida atenuable produce un estado de tranquilidad y descanso. Por ello es ideal para la recámara o la sala de estar.

 

Oído: combate ruido con ruido

 

Una melodía o un sonido familiar puede provocar diversas emociones. Para muchos, esas memorias están asociadas a las voces de niños jugando o a un tipo de música en particular.

 

De acuerdo con el estudio de IKEA, 65% de los millennials ponen música para hacer de sus habitaciones su refugio personal.

 

Obviamente en nuestros hogares no solo percibimos sonidos placenteros. Los sonidos de la ciudad, como los cláxones, los peatones o los vecinos, generan un ruido de fondo que, de acuerdo con el estudio de IKEA, puede alcanzar 70 decibeles y mermar nuestra sensación de bienestar.

 

Estos ruidos son imposibles de evitar así que, para crear un ambiente de tranquilidad en casa, lo ideal es bloquearlos con un ruido blanco, que es básicamente un sonido constante y uniforme.

 

Olfato: el atajo de los recuerdos

 

Todos hemos experimentado la sensación de ser transportados a otro momento y lugar al percibir un aroma particular. Esto se debe a que el olfato es el sentido con el mayor poder de influencia en la memoria, el ánimo y la emoción.

 

En su libro El aroma del deseo, Rachel Herz, experta en psicología del olfato, asegura que el olfato y la emoción están íntimamente relacionados, pues ambos están localizados en la misma red de estructuras neuronales (sistema límbico).

 

La estructura límbica clave para interactuar con nuestro centro olfativo es la amígdala que también es el foco de la emoción. Sin ella no podríamos experimentar o procesar las experiencias emocionales, expresar nuestras propias emociones, aprender o recordar sucesos emocionales.

 

Lo irónico es que, a pesar que de ningún otro sentido tiene ese acceso directo a la parte del cerebro que controla nuestras emociones, el olfato es quizá el menos valorado de todos.

 

De acuerdo con el estudio de IKEA, 40% de las personas encuestadas afirmó que su hogar tiene un aroma particular. Para algunos es una fragancia distinta a todo lo demás, mientras que para otros es difícil de explicar.

 

En ese sentido, vale la pena señalar que está comprobado que los aromas pueden ayudarnos a crear una sensación de seguridad e intimidad.

 

Gusto: el sentido olvidado del hogar

 

Ante el ajetreo que vivimos día a día tenemos cada vez menos tiempo para cocinar, por ello la comida rápida y los alimentos listos para consumir parecen ser nuestra mejor opción. Tampoco hay tiempo para sentarnos alrededor de la mesa y comer todos juntos, en familia, como lo hacíamos antes.

 

Sin embargo, el sentido del gusto, al ser un impulso motivacional, una gratificación de comportamiento, juega un papel importante en la estimulación de las sensaciones que queremos experimentar en casa: la familiaridad, la tranquilidad y el confort.

 

IKEA preguntó a varios de los encuestados: “¿A qué sabe tu hogar?”. La respuesta más escuchada fue: “Al sazón de mi madre”. Incluso, resultó que 30% de la gente asocia un cierto alimento con su hogar y 63% cocina para crear esa sensación de hogar.

 

EN RESUMEN

La urbanización que vivimos actualmente genera ambientes sensoriales que cambian constantemente. Si fuéramos más conscientes de las sensaciones que provocan todos los objetos que nos rodean, podríamos explotarlos en casa en beneficio de nuestro bienestar y, de esa forma, encontrar nuevas soluciones a los retos que enfrentamos en la vida.