DESCUBRE QUÉ CLASE DE ACUMULADOR ERES
Lo primero que debes saber es que existen dos tipos de desorden: el físico, que se refiere a los libros encimados, pilas de papeles, ropa tirada, cajas vacías, objetos de etapas pasadas. También existe el desorden mental, que se reconoce por poner excusas para no hacer cosas, metas sin cumplir, cosas por mandar a arreglar, metas que tienes en pausa, tareas que se acumulan, comprar cosas dos veces por no encontrarlas, cuentas sin pagar por no encontrar el recibo.
Hasta que encuentres la causa de dónde se origina tu desorden, será fácil organizarte tanto física como mentalmente.
Te comparto las 7 causas principales de porqué las personas son desordenadas.
1. El comprador compulsivo
Estás personas compran por comprar. Compran cosas y no sacan nada de la casa cuando llegan las cosas nuevas.
Muchas veces tienen un vacío muy grande y tratan de llenarlo comprando cosas materiales. Pero cuando la emoción de la compra ya se realizó, el vació no se llena. Lo que sí lo hace es el closet, la alacena, la bodega, los cuartos… toda esa acumulación va trayendo consecuencias negativas en el hogar.
Recomendaciones
- Sigue la regla de one in one out. Si compras una blusa, saca una que ya no te queda, está rota, o ya no está de moda. Si mantienes este ritmo la energía en la casa estará fluyendo todo el tiempo y nunca se va a estancar.
- Saca cosas viejas para que entren las nuevas. Selecciona lo que ya no usas o no sirve y reemplázalo por cosas que hacen falta en casa.
- Reflexiona por qué compras, para qué, qué te da, qué te quita, cómo te afecta.
- Cuando estés a punto de comprar algo, hazte las siguientes preguntas: ¿lo necesito? ¿me muero si no lo compro? ¿puedo vivir sin él? ¿tengo algo parecido? ¿realmente me gusta?
- En lugar de comprar cosas materiales mejor invierte en experiencias, momentos con alguien especial, aventuras.
2. Nuevo momento en tu vida
Este es el tipo de persona que esta afectado por un evento, que no le permite organizarse. La llegada de un nuevo bebé, cuando eres recién casado, tu nueva casa, cuando alguien fallece, un asunto legal, una mascota, un cambio de ciudad.
Tus sistemas cambian y te saca por completo de control, interrumpiendo tu rutina normal.
Recomendaciones
- Aceptar el cambio. La vida está repleta de nuevas etapas.
- Cambia el sistema de organización y readapta tus rutinas.
3. Perfeccionista
Estas son personas que quieren organizarse de la noche a la mañana. Una semana son los más organizados y todo tiene que estar perfecto, pero cuando algo pequeño falla y se salen de su perfección, van dejando que el desorden regrese pero esta vez de forma exagerada.
Son personas que les cuesta trabajo empezar a hacer algo, ya sea organizarse, comenzar un proyecto, cocinar, hacer una obra de arte.
Esto se debe a que sus expectativas son tan altas con el resultado esperado, que al no tener el tiempo suficiente, los materiales exactos o el plan perfecto, mejor deciden no empezar nada hasta que éste pueda salir conforme a su plan perfecto.
Hay una frase de Micheal J. Fox que me sirve mucho en todos mis proyectos, y cada vez que la perfección quiere apoderarse de mi la recuerdo:
“Tengo mucho cuidado en no confundir excelencia con perfección. Puedo luchar por la excelencia; pero la perfección es asunto de Dios”.
Recomendaciones
- Trabaja en el equilibrio. No pasa nada si un día tu casa no está perfectamente organizada. Cuando tengas un desliz no te detengas y dejes que eso afecte tu día, porque cuando menos lo esperas ya tienes la casa hecha un desastre de nuevo.
- No te pongas metas poco realistas. No vas a terminar con el desorden de una vida en un fin de semana. Pero puedes hacer un plan e irlo implementando poco a poco.
4. Procrastinador
Cuando dejas todo para mañana, no le das importancia a los acuerdos que haces con otros o contigo, y simplemente dejas que la vida pase (y el desorden se acumule), entonces eres un procrastinador.
Recomendaciones
- Ocupa tu tiempo sabiamente, en cosas que te llevan a tus metas.
- Cuando tienes una lista de pendientes no las ignores. Las cosas no van a hacerse solas o a desaparecer, pero tu desorden mental si va a incrementarse, y con ello el estrés, el mal humor, la frustración y el enojo contigo mismo.
- Usa un calendario, una lista de pendientes, rutinas claras con alguien que te apoye a revisarlas.
5. Obstáculos en el camino
A veces queremos estar ordenados y organizados en casa, pero hay cosas a nuestro alrededor que nos detienen a poder lograrlo.
Tal vez la plancha está descompuesta y tienes semanas de ropa por planchar que no has podido quitar de la sala, porque no has planchado, porque no has llevado a arreglar la plancha.
He llegado a casas de clientes en donde el mayor problema de la organización son los obstáculos en el camino. Cuadros recargados en la pared los cuales solo era necesario colgar; puertas que no se podían abrir porque les faltaba la manija, y se pudo arreglar en menos de media hora.
Son pequeñas cosas que tu mente está acostumbrado a ver en tu casa, a las cuales ya no les das importancia. Date a la tarea de hacer un recorrido por cada espacio y escaneas todo lo que ha sido un obstáculo, verás que es cuestión de tomar pequeñas decisiones que harán una gran diferencia sin tanto esfuerzo.
Recomendaciones
- Haz un plan de tareas de cosas por hacer que están obstaculizando tu camino a organizarte.
- Ponte fechas de realización para cada obstáculo. Tal vez necesitas comprar cosas para reemplazar las que ya no sirven. Haz una lista y tenla contigo para que cuando salgas.
- Date alguna recompensa cuando por fin las realices.
6. Apego emocional
También están las personas que tienen muchas cosas que ya no les sirven, o no las usan, pero no pueden deshacerse de ellas porque tienen un apego emocional muy fuerte con esos objetos.
Piensa en algo que te haya regalado alguien, y fue la cosa más espantosa, estorbosa e inútil que hayas visto, pero no te quieres deshacer de ella porque si llega a ir a tu casa esa persona y no la ve ¡no se vaya a ofender!
Los mismo sucede con las cosas que pertenecían a una persona muy querida que falleció y no te quieres desprender de ello. Lo importante es identificar el vínculo con el objeto y entender que esa persona no es ese objeto. Esa relación no está basada en ese objeto, ni ese objeto representa lo que la persona significa para ti.
Recomendaciones
- Por ejemplo, en lugar de conservar la vajilla de 12 personas, que te regaló tu suegra, y ocupa media alacena en tu minidepartamento, pero nunca usas, puedes sacarle una foto y guardar el recuerdo de ese gran detalle, aceptando la realidad de que no puedes guardar algo que ocupa tanto espacio.
- Haz lo mismo con los peluches que te recuerdan tu infancia, guardar uno y toma fotos a los demás. El recuerdo será el mismo.
- Algo con lo que me encuentro en muchas casas son los recuerditos que te dan en los bautizos, primeras comuniones, bodas, cumpleaños y demás celebraciones. El problema es que la mayoría son elementos que no tienen un uso y solo ocupan espacio en muebles o vitrinas, empolvándose y quitándote media mañana en lo que los limpias.
7. Creencias y excusas
Estas son las personas que tienen muchas creencias y las usan como excusas. Tal vez sus papás eran desordenados y eso es lo que aprendieron. Tal vez creen que como nunca tuvieron la enseñanza de la organización no van a poder serlo.
Recomendaciones
- No te des por vencido y no te dejes llevar por lo que hacías o no antes; crea una nueva versión de ti.
- Empieza con algo pequeño y cuando lo hayas logrado sigue con un nuevo reto.
¿Con cuál te identificaste más? ¿Tienes un poquito de todas? ¿Te cayeron muchos veintes?
Tal vez las pilas de papeles han resultado en cuentas sin pagar; o la ropa tirada en toda la casa ha hecho que las visitas sean cada vez menos; tal vez te la pasas recogiendo y no tienes tiempo de calidad con tu familia, porque estás de malas y cansada después de ese desgaste todos los días.
Sé que suena exagerado, pero son casos reales de gente real y lo vivo todos los días con mis clientes. Es una satisfacción enorme ver cómo cuando ordenamos el desorden físico en las casas y oficinas de las personas, las transformaciones mentales, emocionales y familiares hacen que todo valga la pena. ¡Inténtalo!
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