LA IMPORTANCIA DE LAS AMENIDADES EN TU PLUSVALÍA.
Las amenidades en un desarrollo inmobiliario son de las cualidades que le dan ese valor agregado que necesitas para elegir en dónde será tu nuevo hogar. Sin embargo, a pesar de que muchas de estas amenidades fueron pensadas para tu estilo de vida y como una forma de facilitarte la vida, es importante considerar que éstas son también parte de la plusvalía de tu inmueble y te explicamos porqué.
¿Crees que las amenidades sólo te hacen la vida más fácil?
Muchas veces puedes llegar a pensar que las amenidades son sólo ese “extra” con el que viene tu propiedad y que pueden mejorar tu calidad de vida, pero en realidad son un elemento importantísimo para obtener plusvalía y así hacer que tu inversión crezca por sí sola. Otro beneficio de tener amenidades es que tienes áreas de recreación a tan solo unos metros de tu casa, lo cual es ideal para que tú o los miembros de tu familia puedan tener actividades al área libre o espacios de convivencia de una forma segura.
Cuando decidas comprar alguna propiedad, ya sea en un nuevo desarrollo o no, considera muy bien las amenidades, ya que, por tan sólo tener una alberca, el precio de tu DEPARTAMENTO puede aumentar hasta en un 18% su valor y si quieres rentar la propiedad, ésta puede subir en un 15% tan sólo por las amenidades. El gimnasio es otra amenidad que está en el top 3 de las amenidades que generan plusvalía.
Sin embargo, las amenidades pueden jugar a tu favor o en tu contra, el motivo: el mantenimiento.
Existen amenidades que se comparten con los vecinos como: áreas verdes, canchas, parques, albercas, gimnasios, etc. Por tal motivo cada uno deberá aportar una cuota de mantenimiento para darle servicio a las áreas que se comparten, y tú y tus vecinos tendrán que estar organizados para que las amenidades continúen ofreciendo el servicio para el cual fueron creadas, de lo contrario estas amenidades terminarán siendo un verdadero dolor de cabeza, y si tu razón de compra de la propiedad fueron las amenidades, éstas ya no estarán y lo más grave es que incluso el valor de tu inmueble se puede reducir.
Si ya compraste tu hogar o estás por comprar y debes compartir amenidades con tus vecinos, te damos las siguientes recomendaciones:
Si ya compraste:
*Organízate con tus vecinos para que todos puedan dividirse los gastos y actividades para mantener las amenidades
*Destina una cantidad mensual de tus ingresos para el mantenimiento de tu colonia, calle o privada.
*Creen una asociación de colonos acercándose con las autoridades de tu municipio y pregunten cómo pueden formar una.
Si aún no has comprado:
Pregúntale al vendedor o el dueño de la propiedad en donde quieras comprar, si se debe pagar alguna cuota de mantenimiento, pero, sobre todo si existe alguna asociación de colonos o un Régimen de condominios enfocada a cuidar el buen funcionamiento del lugar en donde vivirás.
En AURORE, tenemos un área especial que se encarga del buen funcionamiento de cada uno de nuestros desarrollos y privadas. Una vez que entregamos una privada a nuestros clientes, ésta cuenta ya con la conformación de una Asociación de colonos, la contratación de un Administrador y de un Supervisor de construcción.
El administrador se encargará de que los reglamentos se cumplan, de coordinar al personal que trabaje dentro de la privada, como el jardinero, los guardias, etc. Y será el encargado de recaudar las cuotas de mantenimiento.
El Supervisor de construcción, se encargará de revisar los proyectos que se harán en cada terreno con la intención de que cumpla con el reglamento de construcción, para mantener un diseño arquitectónico que armonice con el desarrollo.
La asociación de colonos es la encargada de supervisar al administrador y de ser los intercomunicadores entre los demás colonos y la administración.
Tener estas figuras ayudan a que la privada mantenga sus amenidades y que por lo tanto haya plusvalía de los inmuebles y que lo que compraste se mantenga y lo sigas disfrutando.
Así, tu patrimonio adquiere un valor que no ven las cifras, los números y las estadísticas: es esa línea que divide una propiedad cualquiera de un verdadero hogar.
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