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LAS DOS PALABRAS PARA HACER DINERO

03 Octubre 2016 Categoría: Especiales
 
 
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Son dos palabras que encierran una idea que te puede parecer sencilla, pero entrañan el mayor poder para que ganes más dinero.

Te quiero compartir estas dos palabras que alguna vez le dijeron a un mendigo, que enfocadas a tu empresa o negocio te podrían hacer ganar más. 

 

La historia

Un hombre rico, que tenía varios molinos de trigo en una región europea, gozaba de caminar todos los días a su trabajo. Había comprado los terrenos alrededor de algunos de sus molinos, lo que le permitía ubicarse en una zona céntrica, conveniente y provechosa para ahorrar tiempo.

 

En la región, la mayor parte de las personas que habitaban los poblados cercanos se dedicaban al trigo o trabajaban para él. Las personas lo querían, pues comentaban que era un hombre espléndido. 

 

En una ocasión, pasando el puente que dividía uno de los molinos de su casa, el hombre se topó con un mendigo que le pidió una moneda. El hombre le comentó: Yo, con gusto, te doy no una sino dos monedas de plata –la vida ha sido bondadosa conmigo y no me quita nada compartir contigo esto–, pero antes de dártelas te voy a dar a decidir algo muy importante: puedo yo darte estas dos monedas o decirte dos palabras que te podrían dar mucho más riqueza. 

 

El mendigo, sin dudarlo, el primer día le dijo que prefería le diera las dos monedas, pues la realidad es que le hacían falta para conseguir algo que comer. 

 

Al día siguiente, el hombre rico volvió a ver al mendigo, a quien se le iluminó el rostro, pues sabía que ese hombre era generoso, y ésta era su oportunidad de conseguir más con él, pero no quería que el hombre rico le hiciera mal gesto, y aunque en el fondo quería dos monedas, sólo le solicitó una, ya que con una tenía más que suficiente para comer ese día, además de que le sobraba algo de lo que le había dado el día anterior. 

 

El hombre rico le volvió a comentar que no le iba a dar una sino las dos monedas. El mendigo sonrió. Pero una vez más el hombre rico le dio la oportunidad de decidir entre las dos monedas o las dos palabras, diciéndole en esta ocasión que las dos palabras podrían darle mucho más dinero. 

 

Tras pensarlo por tres segundos, el mendigo optó por las dos monedas. Y el rico siguió su camino. 

 

Al día siguiente, el hombre rico notó que el mendigo lo esperaba en el mismo puente donde se lo había encontrado las dos veces anteriores. 

 

Al pasar por ahí, el mendigo le pidió una moneda, pues nuevamente no quería parecer abusivo con el hombre rico, quien de por sí ya le había dado dos monedas de plata cada día que había pasado por ahí. 

 

El hombre rico se detuvo y lo vio a los ojos y le dijo: He pasado por aquí dos veces y no he tenido problema alguno en ayudarte, pero esta será la última vez que lo haga, porque posiblemente no esté haciéndote un bien dándote siempre mis monedas. Te voy a dar la última oportunidad de escoger entre las dos monedas de plata o las dos palabras que te podrían dar mucho más riqueza, pero si en esta ocasión escoges las monedas, las dos palabras nunca te las diré. 

 

El mendigo tenía aún en su poder las dos monedas del día anterior intactas, y casi a punto de solicitarle las monedas, le dijo: Mi señor, usted ha sido muy amable en ayudarme cada vez que pasa por aquí; no es fácil encontrar a alguien que me regale una moneda, y usted, cada vez que pasa, me ha dado dos, por lo que le solicitaré una vez más las monedas. 

 

El hombre rico le entregó las monedas mientras negaba con la cabeza la oportunidad. El mendigo lo notó, y mientras se alejaba del puente con la mirada puesta en las dos monedas en su mano, algo en él lo hizo regresar y correr hasta el hombre rico, y decirle: Señor, usted me ha ayudado mucho, y no es fácil conseguir las monedas, pero lo pensé bien y se las regresaré a cambio de las dos palabras. 

 

El hombre rico le sonrió mientras le tomó las manos abrazando las suyas, para que el mendigo se quedara con las dos monedas. Lo vio a los ojos, y con un sentimiento de humildad y bondad, le dijo: Quédate las monedas, no las necesito, y tú sí. Te diré, además, las dos palabras que te podrían dar mucho más dinero: Hazte útil. 

 

Reflexión y preguntas 

 

Esta historia, que te puede parecer tan sencilla, encierra el mayor poder para hacer una gran cantidad de dinero, y no sólo en la forma de concebir el autoempleo, sino incluso con tu empresa, negocio, productos y servicios. Por ello te haré 3 preguntas:

¿Qué tan útiles son tus productos y servicios para tu consumidor final?

¿Cómo podrías hacer que tus productos o servicios sean mucho más útiles y, por lo tanto, poder cobrar mayor cantidad de dinero por ellos?

¿Qué beneficios podrías agregar a tus productos o servicios de manera tal que se volvieran extremadamente útiles o incluso imprescindibles para tus clientes? 

 

 

No cabe duda de que el hombre rico tenía razón: a mayor beneficio que ofrezcas, mayor utilidad obtendrá tu cliente, lo que sin duda te podrá dar la oportunidad de cobrar más y hacer más dinero.

 

 

FUENTE: http://scl.io/F49ZrBST#gs.xsTHWvs

 

 

 

 

 
 

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