LECCIONES DE MONOPOLY PARA LOS BIENES RAÍCES
Un buen porcentaje de personas jura que las inversiones inmobiliarias son las mejores, las más seguras y a las que hay que ponerle todo nuestro dinero si tenemos posibilidad, yo no estoy totalmente de acuerdo porque pueden ser muy redituables pero en general son de muy largo plazo y no son fáciles de vender.
Si se trata de una emergencia, incluso puedes perder mucho dinero. Eso es justamente el riesgo de liquidez: que compraste un activo que sea difícil de transformar en efectivo si lo requieres.
No es que no lo debas tener pero necesitan ser una parte de tu portafolio de inversión, no la totalidad.
En Monopoly fui una churrera y caí en las tres casillas moradas y las tres casillas rojas. Feliz de la vida me puse a poner casitas en las moradas, tantas que pese a que la renta original era una bicoca, hacía pasar corajes a mi pobre hermano cuando caía ahí.
Todo iba muy bien -aunque él no lo reconozca, le estaba dando una arrastrada sabrosa en el juego- hasta que caí en la casilla de los impuestos. No tenía efectivo porque acababa de caer en una casilla de castigo y además había comprado muchas casitas por ahí, esto se sumó a la confusión del botón por el que podía vender las casas para tener efectivo o negarme y entonces me declaré en bancarrota pese a que mis bienes raíces valían más que lo que Héctor tenía en sus propiedades y cash.
Una de las reglas del Monopoly es que si te ves obligado a vender una casa porque necesitas el dinero, te dan la mitad del valor de la propiedad. Esto no es muy diferente de la vida real: no es lo mismo vender cuando tú lo eliges, porque el precio te conviene y porque tienes varios postores para escoger con quien negocias que cuando estás ahorcado, con urgencia de efectivo y tienes que rematar la casa.
Para que puedas hacer un buen negocio de los bienes raíces necesitas dos cosas: tiempo y una cuenta aparte en la que tengas dinero para las emergencias o que simplemente no te obligue a vender tu casa o local en un mal momento. El porcentaje cada quien lo decidirá pero para que no seas rico en ladrillos y quebrado en el banco es importante que no todo tu patrimonio esté en un bien raíz.
Hay otros mitos referentes a los bienes raíces que en algunos casos podemos ver en Monopoly y los que no, igual hay que aprenderlos:
Los bienes raíces siempre suben de valor: ¡Falso! Es posible que pasen varios años subiendo pero llegan a un punto de estancamiento porque los inmuebles envejecen o las colonias pasan de moda, o peor aún: un evento como la construcción de un segundo piso que de a tu ventana, que la zona se vuelva conflictiva o peligrosa o que por la crisis tus vecinos empiecen a vender a la mitad de precio, pueden hacer que temporal o permanentemente no sólo el valor ya no suba, sino que se caiga.
Las rentas son el mejor negocio: no necesariamente. Según los expertos inmobiliarios el negocio de los bienes raíces es de “flujos”, no de ladrillos, es decir, de cuánto podemos darle la vuelta al dinero. Idealmente lo que se tendría que hacer es comprar un inmueble no tan caro que tenga perspectivas de subir de valor, rentarlo hasta que su precio de venta aumente y después venderlo.
De esta manera, obtenemos dinero con las rentas y luego la ganancia se hace con la plusvalía con la que te quedas al venderlo. Es por eso que si bien el negocio de comprar un inmueble, rentarlo por siempre y luego heredarlo puede ser una fuente de ingresos para el retiro pero no necesariamente la inversión más alta o la más redituable.
Esto es comprobable en el juego de mesa porque cuando tienes finalmente la preciada casilla de un color que a otro le falta, es posible que en esa negociación hagas más que en varias vueltas con la renta (obviamente hay que contar que la suerte haga o no que algunos caigan y renten, algo no muy diferente de la vida real cuando los inmuebles pueden pasar un rato desocupados y esos meses sin ingreso hay que contarlos).
Ya sea que jueguen Monopoly o compren en la vida real, recuerden que por mucho que algo valga en libros, no podemos solo confiarnos en eso y dejar de pensar qué tan fácil podemos convertirlo en billetitos. No se vayan a la quiebra.
*La autora es especialista en educación financiera y finanzas personales. Autora del libro y el blog Pequeño cerdo capitalista. (http://www.pequenocerdocapitalista.com/)
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